El cuerpo necesita cierta cantidad de agua para vivir.
Alguien puede pensar que hay personas que pasan muchos días sin beber nada de agua, pero esto se explica fácilmente, porque la toman sin darse cuenta, con los alimentos, algunos de los cuales tienen hasta un 80% de agua como por ejemplo, la leche, el caldo vegetal, las verduras, hortalizas y ensaladas y la fruta tierna, etc.
La misión que tiene el agua en el cuerpo
Principalmente sirve para;
- Regular el calor normal del cuerpo, para lo cual sirve el sudor.
- Disolver y eliminar las impurezas y sustancias de desecho por el riñón, ya que con el agua se forma la orina.
- Tanto la escasez de agua como el exceso, perjudican el cuerpo y por ello existe un mecanismo regulador que funciona maravillosamente cuando la salud es buena.
El agua que necesitamos
Casi todos los alimentos contienen agua en proporción variable.
El agua que necesita el organismo, la adquiere el cuerpo por las bebidas y los alimentos.
Con una alimentación sana y natural, en la que predominen las frutas y verduras, la persona toma cada día unos 2 litros de agua, que es lo normal y conveniente para el adulto.
En cambio, una alimentación en la que predominen las carnes y grasas contiene mucha menos agua, por lo cual viene la sed, que nos impulsa a beber.
El organismo se defiende de la falta de agua, con la sed.
Por eso después de una comida muy fuerte o excitante, la persona siente gran sed, lo que no ocurre después de una comida frugal, sana y natural.
Eliminación del agua
Con objeto de que el agua no se acumule con exceso, el cuerpo elimina este exceso por varios procedimientos.
- El sudor, si se suda mucho, se orina poco.
- Por la respiración, en forma de aire húmedo se elimina cerca de medio litro de agua al día.
- Por el intestino, con las heces, unos cien gramos.
- Por la orina, litro y medio al día en general.
Es importante saber, que toda esta eliminación de agua está cargada con sustancias de desecho.
El riñón ha de eliminar cierta cantidad de sustancias de desecho y para ello necesita, también, cierta cantidad de agua para disolverlas.
Si los riñones disponen de poca agua, han de trabajar más, porque han de concentrar todas esas sustancias de desecho en una cantidad de líquido pequeña.
Por esto si se orina poco, la orina está muy concentrada y es irritante.
Si, por el contrario, los riñones tienen a su disposición demasiada cantidad de agua, trabajan con exceso y se fatigan sin necesidad.
Por esto si se orina mucho, la orina es poco concentrada y de color pálido.
Hay mecanismos muy perfectos que regulan la cantidad de agua en el cuerpo, a fin de evitar tanto la escasez de agua como el exceso.
Pero por la perturbación de dicho mecanismo, puede ocurrir que se retenga demasiada agua, dando lugar a las hinchazones o edemas.