Se recomiendan las frutas y vegetales crudos, y sus jugos crudos porque contienen vitaminas en abundancia.
La mayor parte de las vitaminas existen en abundancia, unidas a otros principios vitales, en los alimentos naturales.
Hoy sabemos que la mayor parte de las vitaminas están contenidas en los vegetales, legumbres, verduras, ensaladas, frutas, en la leche y sus derivados.
El hombre, debido a que sigue en general, una alimentación antinatural, con productos alterados o perjudicados en su preparación o conservación, con exceso de carnes de todas clases, grasas animales de difícil digestión y malsanas, pescados, alcohol, etc. (alimentos muy pobres en vitaminas), se empobrece en vitaminas con el transcurrir de los años.
Otro motivo de pobreza de vitaminas es la preparación culinaria errónea de los alimentos naturales, que destruye sus vitaminas.
Así muchas de las vitaminas contenidas en los alimentos se pierden al freírlos o cocerlos demasiado, tirar el caldo, etc.
También es necesario saber que los trastornos digestivos del hígado y de otros órganos, producidos por diversas causas, purgantes, etc., perjudican el aprovechamiento de las vitaminas.
Conclusiones
1. En todo enfermo por escasez de principios vitales (hoy llamados vitaminas), no es uno sólo el que escasea, sino varios, y por consiguiente, es indispensable la reposición de todas las vitaminas y aumentar debidamente este caudal.
Esto se consigue con una alimentación natural bien equilibrada, ya que así nuestro organismo recibe todas las vitaminas, tanto las conocidas como las todavía desconocidas.
2. Es indispensable que los menús diarios contengan bastantes alimentos crudos en forma de ensaladas, frutas y jugos, etc.
Actualmente es fácil realizar esta alimentación porque ya se conocen los alimentos más ricos en cada vitamina.
3. Otro aspecto de este problema, que muchas personas no tienen en cuenta, por desconocerlo, es la relación íntima que existe entre las vitaminas y los elixires de vida (hormonas).
Hoy está demostrado perfectamente que no pueden existir ni actuar las hormonas completas sin las vitaminas, hasta el extremo que muchas veces no se sabe, si una sustancia vital, un elixir de vida, es una vitamina o es una hormona.
Además, se ha demostrado que algunos vegetales contienen sustancias parecidas a las hormonas del cuerpo humano.
Nunca debemos olvidar que para tener los elixires de vida necesarios, es preciso poseer las vitaminas que el cuerpo necesita.
4. Es muy difícil, por no decir imposible, saber en cada caso qué vitamina falta.
Se aconseja aquella alimentación que, por tener abundancia de todas las vitaminas en estado natural, es la que da la máxima garantía de que queden cubiertas sobradamente todas las necesidades.
No obstante, en cada enfermedad unas vitaminas son más necesarias que otras, y en el caso especial de los enfermos de los riñones, hay unas vitaminas que tienen mayor importancia que otras.
5. Las vitaminas en forma de preparado artificial pueden ser un medio eficaz en aquellos casos en que se necesita dar con urgencia grandes cantidades de vitaminas, y deberán ser prescritas por el facultativo, pero en la mayoría de los casos, lo mejor es que dichos principios vitales penetren en nuestro organismo de un modo natural, mediante los alimentos naturales.
La ciencia ha demostrado que las vitaminas, para actuar, necesitan a su vez de otras sustancias que las acompañan en estado natural, contenidas principalmente en las frutas y verduras.
6. Finalmente hay que tener en cuenta que existen también venenos que contrarrestan la acción de las vitaminas, por ejemplo, el alcohol ingerido obliga al organismo a gastar grandes cantidades de vitamina B, empobreciéndolo en esta vitamina.
Para el enfermo del riñón, lo más importante desde el punto de vista de las vitaminas, es procurar que su régimen alimenticio, que muchas veces ha de ser muy frugal y de poca ración, no carezca de las vitaminas necesarias, en especial la A, C y P.