Es un proceso inflamatorio, imprevisto, del apéndice que puede tener consecuencias muy graves, pero que generalmente se resuelve completamente o deja adherencias fibrosas que son responsables de que se instaure el estado crónico.
La apendicitis aguda es una enfermedad muy frecuente la edad mayormente afectada es la que oscila entre os 15 y los 35 años.
También puede manifestarse en otras edades y en forma muy espectacular, en los niños.
Su aparición es causada también por todas las anomalías en la forma, volumen y longitud del apéndice.
Con gran frecuencia se ven apéndices muy largos, algunos situados detrás del ciego o dirigidos hacia arriba o transversalmente.
La inflamación está facilitada por afecciones en otras partes próximas del tubo digestivo, en primer lugar el intestino ciego.
El apéndice es una formación de estructura muy parecida a la de las amígdalas, también llamadas como las «amígdalas del intestino».
Al igual que estas glándulas, que actúan como barrera para la penetración de los gérmenes y, en consecuencia, siempre se hallan saturadas por ellos, se cree que lo mismo sucede con el apéndice.
En efecto, en su cripta linfática siempre se encuentran en elevado número y, en general, están representados por el bacterium coli, estreptococos, estafilococos y gérmenes anaerobios.
Probablemente estos gérmenes penetran en el apéndice por vía digestiva o bien por vía hemática o linfática.
Es un proceso inflamatorio, imprevisto, del apéndice que puede tener consecuencias muy graves, pero que generalmente se resuelve completamente o deja adherencias fibrosas que son responsables de que se instaure el estado crónico.
La apendicitis aguda es una enfermedad muy frecuente la edad mayormente afectada es la que oscila entre os 15 y los 35 años.
También puede manifestarse en otras edades y en forma muy espectacular, en los niños.
Su aparición es causada también por todas las anomalías en la forma, volumen y longitud del apéndice.
Con gran frecuencia se ven apéndices muy largos, algunos situados detrás del ciego o dirigidos hacia arriba o transversalmente.
La inflamación está facilitada por afecciones en otras partes próximas del tubo digestivo, en primer lugar el intestino ciego.
El apéndice es una formación de estructura muy parecida a la de las amígdalas, también llamadas como las «amígdalas del intestino».
Al igual que estas glándulas, que actúan como barrera para la penetración de los gérmenes y, en consecuencia, siempre se hallan saturadas por ellos, se cree que lo mismo sucede con el apéndice.
En efecto, en su cripta linfática siempre se encuentran en elevado número y, en general, están representados por el bacterium coli, estreptococos, estafilococos y gérmenes anaerobios.
Probablemente estos gérmenes penetran en el apéndice por vía digestiva o bien por vía hemática o linfática
Causas
Una causa que favorece la aparición de la inflamación son las anomalías de forma o posición que impiden se vacíe con facilidad, como también lo impiden algunos cuerpos extraños, como los huesos de las cerezas los coprolitos, etc., que, además de provocar una retención pueden asimismo producir ulceraciones.
Algunos sostienen que la causa de la inflamación puede ser un fenómeno anafiláctico, en el cual las distintas sustancias proteicas que atraviesan el apéndice lo sensibilizan y, cuando las mismas sustancias vuelven a atravesarlo, se produce una anafilaxia local que causa una inflamación en la mucosa o, incluso, una perforación.
Las estadísticas nos dicen que la apendicitis aguda es muy frecuente en los sujetos afectos de estreñimiento, los que viven en ciudades civilizadas, y que es desconocida en los pueblos que continúan en estado salvaje.
Seguramente la responsabilidad incumbe a una dieta muy pobre en sustancias celulósicas.
Tipos de apendicitis
La gravedad de la apendicitis aguda varía según el tipo de la inflamación y de la extensión de la misma.
La forma más leve es la
apendicitis catarral, caracterizada por la formación de un exudado seromucoso.
Existe la
apendicitis purulenta, con pus que se vacía hacia la luz intestinal y que interesa, con el proceso inflamatorio, la túnica media (muscular) y la externa (serosa).
Una forma más grave es la
apendicitis flemonosa supurada, en la que quedan interesadas todas las túnicas, comprendida la exterior.
El exudado contiene fibrina y pus y puede llegar al ciego y una zona del peritoneo, originando una peritonitis circunscrita.
La forma más grave es la
apendicitis gangrenosa que se produce por la acción de determinados gérmenes o por la oclusión de los vasos que irrigan el órgano.
En este caso tiene lugar la muerte de parte o de una extensa área del apéndice y muchas veces se esfacela la pared, con la consiguiente difusión del proceso inflamatorio a todo el peritoneo y la aparición de una peritonitis generalizada.
De esta descripción de los distintos cuadros anatomo-patológicos de la apendicitis aguda es fácil comprender la importancia de esta afección y las imprevisibles consecuencias que puede acarrear.
Sintomatología
La sintomatología varía con el tipo de apendicitis, la edad del paciente y las condiciones físicas generales en que se encuentra en aquel momento.
Algunas veces se presenta tras un breve período de malestar general, pero es frecuente que éste no aparezca y se inicie con un dolor en todo el abdomen o en el epigastrio que luego se localiza en la región íleo-cecal derecha y puede extenderse hasta la pierna o la región lumbar.
El dolor puede ser más o menos violento, obligando al paciente a encogerse.
A menudo hay náuseas, vómitos, temperaturas febriles sobre los 38° a 38,5° C.
En las formas benignas estos síntomas desaparecen tras algunas horas o en un par de días.
En general cesan los vomitos, pero persiste la fiebre, la lengua se seca y no hay deposiciones ni emisión de gases.
También en este punto puede resolverse espontáneamente.
Peritonitis
Cuando aparece la peritonitis el dolor se agudiza, al vómito se añade el hipo, el pulso se hace frecuentísimo, el paciente es presa de angustia, la cara adquiere una expresión de sufrimiento, las facciones se ponen tirantes, los labios y la lengua están secas.
Este estado llega a la muerte del enfermo, que permanece siempre consciente y, algunas veces, en un estado eufórico.
Diagnóstico
El diagnóstico de la apendicitis es, a menudo, muy difícil, porque no siempre presenta un cuadro típico.
En los niños se manifiestan procesos tóxicos generalizados y faltan los síntomas locales, lo mismo sucede en los ancianos y en individuos depauperados.
Tratamiento
La curación de la apendicitis aguda varía en cada caso, es de elección la extirpación quirúrgica del apéndice, que ha de efectuarse dentro de las primeras 48 horas.
Pasado este tiempo, hay que intentar enfriarla, con bolsas de hielo, dieta hídrica, enemas y abundante administración de antibióticos y sulfamidas.
Si los síntomas no desaparecen y tienden a agravarse, hay que intervenir de urgencia.
En las apendicitis agudas está contraindicada la administración de purgantes, que pueden provocar una perforación y una peritonitis difusa.
Únicamente pueden administrarse enemas, con las debidas precauciones.