Esta cura conviene en caso de enfermedades del riñón con hinchazones de pies, piernas, cara, vientre, etcétera.
También conviene cuando además del riñón también está perjudicado el hígado, y cuando la orina aparece turbia o de color de cerveza.
Modo de practicarla
Para hacer esta cura, las alcachofas deben tomarse de preferencia crudas, pues pierden parte de sus propiedades al cocerlas.
Puede hacerse de tres maneras:
1. Mediante una prensa o maquinilla adecuada se saca el jugo de la parte carnosa, comestible de la alcachofa.
Dicho jugo se toma crudo, de preferencia en ayunas.
2. Se mastica en crudo el corazón de la alcachofa y la parte tierna de las hojas, tragando el jugo y escupiendo la fibra.
Este procedimiento sólo tiene el inconveniente del sabor amargo de la alcachofa cruda, que no gusta a algunas personas.
La mayoría encuentran el gusto de las partes tiernas de alcachofa aceptable y, algunas hasta bastante agradable.
A muchos les gusta aderezarlas con algo de aceite y limón.
Cada día se pueden tomar el número de alcachofas que se desee.
Cuantas más se tomen, tanto mejor.
3. Las alcachofas asadas al rescoldo, sin cocerlas antes, con aceite y algo de zumo de limón, resultan tiernas y sabrosas sin que pierdan mucho de sus propiedades curativas