El ácido fosfórico, el hierro, el calcio, el yodo, el azufre, el magnesio, la sosa y el flúor, impregnando a la sangre por la ingestión de mucha cantidad de cebolla, el estado anémico va desapareciendo.
Regenerando las células de la sangre con la dieta natural, éstas asimilarán fácilmente todas las propiedades de todos los demás alimentos medicinales.
La toxemia y la disemia de la sangre se curan con el azufre y el ácido alílico de la cebolla.
La sangre sucia, que trae más tarde la anemia escrofulosa (tuberculosis de la sangre), como la anemia perniciosa, pueden curarse con el tratamiento trofoterápico individualizado, a base de grandes cantidades de ensaladas tiernas y crudas, no debiendo temerse la dilatación y el inflamamiento (por las cantidades de vegetales), porque no dilatan en realidad patológicamente, sino que eso es de momento, y al cabo de media hora, una hora a lo máximo, desaparece.
Baños de sol directos a la piel y duchas es lo que, también conviene mucho para la regeneración, total y a fondo, de la sangre.