Las sales minerales son indispensables para nuestra salud.
Sin embargo, apenas se habla de ellas y hasta hace muy pocos años, no eran tenidas en cuenta ni por la medicina ni por el consumidor.
En un principio, hasta fueron consideradas como impurezas y no se les dio la importancia que merecían hasta que Raulin, un discípulo de Pasteur, creó la escuela de los oligoelementos y definió a las sales minerales como imprescindibles para el perfecto equilibrio de los seres vivos.
Basado en los primeros estudios de Meghhini, Schelle y el propio Pasteur, Raulin descubrió que en todas las células de nuestro organismo se encuentran sales minerales.
Y que éstas son indispensables para el equilibrio biológico, la regularicación del metabolismo del agua, la coagulación sanguínea, la osificación del esqueleto o la actividad muscular.
Hoy, la lista de sales minerales y oligoelementos sigue creciendo.
Y se ha comprobado que una carencia de cobalto en la alimentación de los mamíferos jóvenes ocasiona rápidamente su muerte, que la falta de magnesio produce trastornos óseos, que la presencia del cobre hace aumentar el peso, etc.
Sólo unos cuantos ejemplos son suficientes para demostrar el importante papel que desempeñan los minerales en algunas etapas de nuestra vida, durante la infancia, período de crecimiento, embarazo, lactancia y edad avanzada.
Los minerales sólo pueden absorberse bajo forma de sales orgánicas, bajo materia viva elaborada por los vegetales o los animales.
Bunge decía: «Es posible vivir sólo con leche, pero no es posible hacerlo con un líquido confeccionado con las materias químicas que lo constituyen».
Una alimentación rica en verduras, cereales integrales y frutas con piel, nos asegura un total aporte de los minerales que necesita nuestro organismo.