El descubrimiento de los grupos sanguíneos está ligado a la observación de las reacciones de aglutinación que entran en el cuadro de los fenómenos de inmunidad.
Si a un animal determinado se le inyectan glóbulos rojos de otra especie, éstos son fagocitados y el suero adquiere al mismo tiempo propiedades específicas, tales que cuando se inyectan de nuevo al animal receptor glóbulos rojos de la misma especie anterior éstos resultan aglutinados, es decir, reunidos en pilas y destruidos.
Por esta razón fracasan todas las tentativas de transfusión de una especie animal a otra.
Aglutininas
El suero humano no sólo contiene anticuerpos aglutinantes activos contra los glóbulos de otras especies, sino que, además, el 97 por ciento de las personas poseen aglutininas naturales activas contra los glóbulos de otros seres humanos.
Según la propiedad de aglutinarse los hematíes al entrar en contacto con el suero de otro individuo, se distinguen cuatro grupos principales de sangre: A, B 0 y AB.
Grupos de sangre
Los hematíes de los tipos A y B son aglutinables por ciertos sueros llamados anti-A y anti-B.
Los hematíes del grupo «0» se consideraban hasta estos últimos años como desprovistos del poder de aglutinarse en presencia de cualquier suero específico.
Los hematíes del grupo AB, por fin (el 3 por ciento de los seres humanos), poseen a la vez los factores A y B, por lo que son aglutinados por los sueros de todos los demás grupos.
Tipos
La sangre A contiene la aglutinina anti-B.
La sangre B contiene la aglutinina anti-A.
La sangre 0 contiene las aglutininas anti-A y anti-B.
La sangre AB no tiene aglutininas.
Incompatibilidades
La incompatibilidad en materia de transfusión se deriva del conocimiento de los fenómenos de aglutinación.
Cuando se introduce en el torrente circulatorio de un individuo sangre de un grupo diferente, pueden producirse esquemáticamente dos eventualidades:
1) Si el suero del receptor contiene una aglutinina activa contra los glóbulos del donante, existe incompatibilidad absoluta y la aglutinación de los hematíes se produce inmediatamente originando gravísimos trastornos.
2) Si, por el contrario, el suero del donante es el que contiene una aglutinina activa contra los glóbulos del receptor, no existe, por regla general, incompatibilidad.
En los casos habituales no se produce aglutinación, pues la cantidad de sangre inyectada se diluye en pocos segundos gracias a la enérgica agitación efectuada por el corazón, y la aglutinina contenida en la escasa cantidad de suero que se inyecta es inofensiva.
Conclusión
El grupo AB, que no contiene aglutininas naturales, y puede recibir cualquier clase de sangre (receptor universal).
La sangre del grupo «0» no posee ni el factor A ni el B, y no pueden, por tanto, ser aglutinados sus glóbulos por ningún otro suero humano, por eso puede inyectarse en cualquier persona.
Es el grupo de los donantes universales.
Especifiquemos claramente que, en cambio, un individuo de este grupo sólo puede recibir sangre de donantes que pertenezcan al mismo.